lunes, 8 de julio de 2019

AISLAMIENTO COMERCIAL BOLIVIANO


Hace pocos días el MERCOSUR (Mercado Común del Sur) grupo regional que está conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay (Venezuela también logró su aceptación como miembro pleno, aunque actualmente se encuentra suspendida en aplicación a la cláusula democrática del grupo) firmó un acuerdo comercial con la UE (Unión Europea).

Este acuerdo es el fruto de negociaciones que iniciaron el año 1999, es decir, que se firmó luego de veinte años de trabajo. Su contenido es bastante amplio, y favorece a varios sectores de cada parte firmante, aunque también incluye ciertas cláusulas que permiten que cada bloque tenga la posibilidad de proteger sectores sensibles ante ciertas condiciones del mercado.
No es la intención de estas líneas el analizar los aspectos técnicos del acuerdo (ya se escribió bastante al respecto en la prensa nacional e internacional) sino más bien reflexionar sobre algo que pese a ser evidente hace bastante tiempo (y quizá por eso mismo) está lejos de formar parte de la agenda nacional: el aislamiento comercial en que se encuentra Bolivia.
En el caso específico de la UE, resulta sorprendente que, de todos los países latinoamericanos, solamente dos no tienen acuerdos comerciales firmados con el bloque europeo: Bolivia y Venezuela. Eso coloca en clara desventaja comercial a estos dos países frente a sus competidores latinoamericanos.
Centrando el análisis en Bolivia, los acuerdos comerciales que se tienen firmados son con países latinoamericanos (no todos, aunque sí los más importantes en términos comerciales), y con algunos países africanos. No se consideran preferencias arancelarias que se tienen como resultado de acuerdos concesionales (SGPs: Sistemas Generalizados de Preferencias), es decir, preferencias otorgadas como una forma de ayuda a países en vías de desarrollo y que pueden ser retirados de manera unilateral por los países otorgantes.
De hecho, según datos de la OMC (Organización Mundial del Comercio), Bolivia (junto con Venezuela y Ecuador) se encuentra entre los países latinoamericanos con menos acuerdos comerciales firmados, situación comparable solamente a algunos países africanos y los asiáticos de menor desarrollo.
Comparando esta situación con Perú, por ejemplo, ya que se trata de uno de nuestros mayores competidores en oferta exportable (para toda la oferta de la parte occidental del país), se puede comprobar que Perú tiene acuerdos comerciales firmados con (entre varios otros) la UE, EE.UU., China, Japón y Australia. Con Chile (también vecino nuestro) se presenta una situación similar.
Amerita un comentario aparte el hecho de que los principales destinos de exportación de Bolivia, luego de Brasil y Argentina (destinatarios de venta de gas) son EE.UU. y la UE. Una figura similar se presenta en el caso de las importaciones: China es el mayor proveedor, la UE el tercero, y EE.UU. el quinto, siendo que no tenemos acuerdos con estos países.

Si eventualmente nuestro país firmara acuerdos comerciales con estos países, resulta razonable suponer que las exportaciones hacia estos mercados aumentarían, y las importaciones de esas naciones se abaratarían para el comprador boliviano.
Por todo esto, es difícil comprender el por qué nuestro país dejó totalmente de lado la negociación de acuerdos como parte de su política comercial. Algunas opiniones apuntan a que se subordinó el interés comercial del país a posiciones políticas. Incluso si eso fuera cierto (aunque sería un gran error) podría buscarse un acuerdo comercial con China, país con el que aparentemente se tienen afinidades políticas.
Lo que no debe permitirse bajo ningún concepto, es seguir el camino de aislamiento comercial que actualmente parece haber elegido Bolivia. Para no depender económicamente solo del gas, deben abrirse mercados para la oferta exportable del país.

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